Los pozos y el ahorro reducen una tercera parte el consumo de agua de los embalses en Málaga
El consumo general de la ciudad baja un 6% gracias a medidas como la disminución del caudal y el control de las fugas en la red
La capital malagueña depende cada vez menos de los embalses para su abastecimiento: hasta un tercio menos, según el balance ofrecido hoy por la concejala ... de Sostenibilidad Medioambiental, Penélope Gómez, y el gerente de Emasa, Juan José Denis. Además, las medidas de ahorro ante la sequía, junto con la colaboración ciudadana, han permitido reducir el consumo general de la ciudad en un 6%. En total, la empresa municipal distribuyó el año pasado un total de 42,2 hectómetros cúbicos, 2,7 menos que en 2022, que es el año que se iniciaron estas acciones.
De estos, 1,1 Hm3 se han ahorrado gracias a dos de las propuestas más ambiciosas, como son la regulación inteligente de la presión, y las obras en las redes para reducir las fugas. Además, en este periodo el aprovechamiento de los recursos hídricos alternativos a los embalses (básicamente, los pozos, tanto para abastecimiento como para riego) han aumentado en un 158%. Y, a pesar de la clara mejoría de la situación, el Consistorio mantiene su planificación: «Seguimos trabajando como si no hubiera llovido», afirma la edil.
Se confirma así la tendencia a la baja que comenzó en 2023, con 44,6 Hm3 (-5,3%), y el buen ritmo se mantiene este 2025. Así, en los tres primeros meses del año se han distribuido desde los depósitos 9,4 Hm3, un 8,2% menos que en el mismo periodo de 2024. Con tales cifras, actualmente el consumo urbano de la capital está en una media de 169 litros por habitante y día. Esta cifra está por debajo de la dotación máxima (225 litros) acordada por la Comisión para la Gestión de la Sequía en las Cuencas Mediterráneas Andaluzas en su última reunión. Pero incluso rebaja los 180 litros como máximo que fueron fijados en octubre de 2024 debido a la persistencia de la sequía, antes de que el agua embalsada subiera, a raíz de las últimas lluvias.
Sin restricciones
La mejora de la situación hidrológica ha permitido que el sistema Guadalhorce-Limonero haya pasado de la situación de «escasez severa» a «escasez moderada», lo que conlleva el levantamiento de todas las restricciones al uso de agua potable que estaban activas, siempre que se cumpla con la dotación máxima de 225 litros por habitante y día para el uso urbano. Buenas noticias que no han hecho bajar la guardia, pues el Área de Sostenibilidad Medioambiental y Emasa mantienen su planificación de ahorro de agua dulce, mediante la regulación de la presión que se inyecta en las redes de toda la ciudad para minimizar las fugas (a más presión, mayor cantidad de agua perdida). Así como el plan de choque de reparación de conducciones para reducir las pérdidas; el control de los grandes consumidores para detectar fugas en las canalizaciones interiores y la extensión del recurso procedente del freático para riego de zonas verdes y la limpieza viaria.
Los trabajos realizados para extender la regulación de las presiones, mediante la instalación de válvulas, han permitido aplicar una minoración en las horas valle (cuando hay menos demanda, principalmente por la noche), y sin tener que llegar a las restricciones. Actualmente, ya están regulados un centenar de los 150 sectores que hay en la ciudad, lo que da cobertura al 70% de la longitud total de la red de distribución, que supera los 1.900 kilómetros. En cuanto al plan preventivo de búsqueda, localización y reparación, en 2024 se localizaron y repararon más de 500 fugas. En conjunto, la regulación de presiones, la reparación de fugas y las obras de renovación de redes han permitido reducir en un 2,6% el agua total distribuida desde los depósitos en 2024 (1,1 Hm3). El resto del ahorro procede de la mayor concienciación ciudadana y de la reducción en otros usos como riego de zonas verdes y limpieza viaria.
Más agua de pozos
En paralelo, también se avanza en la explotación de nuevos recursos hídricos alternativos a los embalses, mediante la recuperación de una serie de pozos situados en ambas márgenes del tramo final del río Guadalhorce para el abastecimiento urbano. Así como el mayor uso de las aguas regeneradas, con proyectos como el que se lleva a cabo junto con la Diputación y el Ayuntamiento de Torremolinos para ampliar la capacidad de tratamiento terciario de la depuradora del Guadalhorce para el riego de instalaciones de la zona oeste de la ciudad y del municipio vecino.
De este modo, Emasa ha reducido de forma considerable el agua procedente de los embalses, mediante un mayor aprovechamiento de estos recursos alternativos. Por un lado, las aguas subterráneas de los pozos de Fahala y Aljaima; y por otro, las aguas superficiales captadas en el azud de Aljaima, que permite bombear y tratar en la potabilizadora de El Atabal parte del caudal del río Guadalhorce poco después de su confluencia con el río Grande. Durante tres meses de 2024, este recurso aportó la totalidad del consumo. En conjunto, estos pozos y el azud han cubierto un tercio de la demanda de la ciudad.
En cifras netas, el líquido procedente de las presas que fue tratado en la planta de El Atabal sumó 39,1 hectómetros cúbicos, un 33% menos respecto a los 58,4 utilizados en 2023. A la vez, el volumen de agua obtenida de pozos y del azud de Aljaima se incrementó en un 158,5%, hasta los 16,2 Hm3. Por tanto, entre todas las fuentes de captación (embalses, pozos y azud), el total de agua bruta que llegó a El Atabal fue de 55,3 Hm3, un 14,5% menos. Aunque tras este decremento también está la reducción de los aportes que desde la capital se venían enviando a la Axarquía (9 Hm3 anuales), que fueron suspendidos en abril de 2024 tras la mejora de La Viñuela.
Las duchas de las playas funcionarán a partir del 15 de junio, y con agua dulce
Las duchas en las playas estarán en servicio a partir del próximo domingo, 15 de junio, y por el momento, lo harán con agua dulce. La matización se refiere al proyecto que el Ayuntamiento de Málaga (al igual que otros del litoral) tiene en tramitación para poder abastecer estas instalaciones con agua de mar, al menos, en los lavapiés, para así ahorrar el recurso escaso de los embalses y acuíferos.
Al respecto, la concejala de Sostenibilidad Medioambiental, Penélope Gómez, admitió que esta iniciativa se ha topado con las leyes sanitarias: «Para los lavapiés podría ser, pero ahora mismo, tal y como está la normativa vigente, en las duchas es complicado, y requiere un tratamiento previo que ya no lo hace viable». A lo que añade: «Vamos más avanzados que otros municipios porque ya hemos hecho las consultas a Salud; pero todavía es pronto para afirmar que se puede hacer, y sólo hay algunos proyectos piloto».
En realidad, el consumo procedente de estas instalaciones de temporada no es nada significativo, y se calcula en el 0,24% del total. «Es irrisorio, el corte fue más por una cuestión de concienciación ciudadana, con la situación que teníamos el año pasado».
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