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«Hay dos signos fundamentales como son la diabetes de nueva aparición y la pérdida de peso, especialmente en una persona a partir de 60 años, que pueden ser síntomas de alerta de que un paciente puede estar iniciando un cáncer de páncreas». Así de contundente se muestra el jefe de la Sección de Cirugía Pancreática del Servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria, Miguel Ángel Suárez, una unidad que acaba de cumplir diez años de vida (2014-2024) y que se ha convertido en sinónimo de excelencia en la práctica de este tipo de intervenciones, una de las más complicadas que existen. Suárez advierte de que el carcinoma ductal de páncreas, es decir, cáncer, la patología más frecuente a operar, se encuentra en franco crecimiento en la provincia a lo largo de los últimos años.
Los datos del Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) no dejan lugar a dudas: en 2024 se diagnosticaron en Málaga 311 tumores de esta naturaleza en Málaga, 303 en 2023 y 295 en 2022. Si se analiza la horquilla que va de 2014 al pasado ejercicio, la cifra de tumores malignos en este órgano ha aumentado un 38,2%, desde los 225 casos del primer año de referencia de la comparación. La AECC calcula que en 2050 habrá 494 casos en Málaga. En 2024, de los 311 tumores, 249 afectaron a personas con más de sesenta años.
El Hospital Clínico ha acogido esta semana el curso sobre 'Rehabilitación multimodal en cirugía pancreática. Avances técnicos y tecnológicos', organizado por la unidad que dirige el doctor Suárez, un módulo precongreso del XIX Congreso de la Asociación Andaluza de Cirujanos (ASAC), que concluye hoy y se celebra en el Colegio de Médicos de Málaga
Pero hay más síntomas a los que estar atentos a partir de los 60 años: trastornos del comportamiento a partir de esas edad, «cambios de humor, tendencias a la depresión, a la tristeza, pueden ser el signo de la enfermedad», dice Suárez; cambios en la capacidad digestiva o en las digestiones, «personas que nos dicen yo con lo bien que estaba y comía de todo, llevo dos meses que, al revés, todo me sienta mal», agrega el doctor, para concluir esta enumeración: la ictericia indolora, es decir, el paciente «se pone amarillo».
El páncreas es un órgano que tiene una doble función: por un lado, señala Suárez, es endocrino, ya que en él se sintetizan hormonas muy importantes como la insulina, pero también tiene una función exocrina, de forma que genera jugos pancreáticos, ricos en bicarbonato, que compensan la acidez de los jugos gástricos, además de ayudar sus enzimas a la digestión de hidratos de carbono, proteínas y grasas. «El páncreas es un órgano importante», recalca Suárez.
En el período 2014-2024, la sección ha atendido a 965 pacientes con patología del páncreas, de los que han sido intervenidos un total de 328 (34%), de los cuales en 317 casos, el 96%, ha sido preciso llevar a cabo una extirpación de parte o de la totalidad del páncreas. El 90% de esas 317 personas intervenidas presentaba lesiones tumorales y un 55% (más de 160) tenía un tumor maligno, reseña el doctor Suárez, «lo que se llama un carcinoma ductal de páncreas» o de las regiones próximas al órgano: el final del conducto biliar y el duodeno.
Además, señala este cirujano que «en estos diez años, como innovación en la cirugía del páncreas, hemos realizado en el Clínico un total de 62 intervenciones mediante abordaje mínimamente invasivo (laparoscopia), lo que supone un 20% del total de pacientes intervenidos«. De ellos, el equipo ha realizado 35 duodenopancreatectomías cefálicas (que supone extirpar la cabeza del páncreas, el duodeno y la vesícula biliar), en pacientes seleccionados, que »es un intervención de alta complejidad: por supuesto esta menor agresividad de la cirugía redunda en una mejor y más rápida recuperación de nuestros pacientes».
«Vemos que hay un aumento del diagnóstico de este tipo de patología tumoral, en primer lugar porque nuestros compañeros en Atención Primaria están muy atentos», destaca. «Este cáncer es la única neoplasia que en los últimos 25 años no ha modificado su mal pronóstico», recalca, y cuenta que, cuando él comenzó como cirujano, compartía este dudoso honor con el cáncer de esófago y el de colon con metástasis hepática, dos tipos de patología que hoy «tienen muchas más opciones terapéuticas: los pacientes viven, curamos más, desgraciadamente, que con cáncer de páncreas».
Hay más factores de riesgo: el consumo elevado de alcohol, la diabetes de larga evolución, el tabaquismo y la obesidad. «Estamos viendo un aumento en general del número de neoplasias (tumores) y se piensa que la obesidad es un factor que lo está favoreciendo», recalca, para añadir la predisposición genética.
«La cirugía del páncreas es de muy alta complejidad y exigencia técnica», explica, y consiste en la extirpación o resección de parte o del total del órgano. ¿Por qué tiene tan mal pronóstico? «Pues porque el páncreas es un órgano que está localizado anatómicamente en la profundidad de la cavidad abdominal y tarda en dar síntomas y, cuando los da, suele estar ya en un momento avanzado, de modo que, de los nuevos casos de cáncer de páncreas que la medicina diagnostica, desgraciadamente sólo se pueden resecar el 20% de ellos«, incide el doctor Suárez.
Después, la cirugía se complementa con tratamiento quimioterápico o inmunoterapia, así como, en algunos casos, radioterapia. «Se complementa la oncología médica y radioterapia, complementa lo que el cirujano no ve, que es la célula», destaca. Además, hoy gracias a los «TAC y las resonancias estamos diagnosticando tumores de páncreas en pacientes asintomáticos a los que se les ha hecho un estudio por otro motivo», dice.
En España, se diagnostican en torno a 10.000 nuevos casos anuales y fallecen entre 4.000 y 5.000 personas por esta causa.
A las personas tratadas en el Clínico hay que sumar las que reciben tratamiento quirúrgico o de otro tipo en el Regional Universitario y en los hospitales privados.
En el Clínico existe un equipo de siete cirujanos especializados (y sus residentes) en la realización de este tipo de intervenciones, que «comprende un área competencial denominada en todo el mundo Cirugía HBP (Hepato-Bilio-Pancreática)», lo que denota la especial dificultad de estas intervenciones y la necesidad de contar con profesionales formados para acometerlas, aunque intervienen muchas más patologías de origen digestivo.
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