España se planta y comunica a la OTAN que no elevará el gasto en defensa al 5% del PIB
Se trata del país que más abiertamente se opone a este objetivo propuesto por el secretario general de la Alianza con el apoyo de Trump y que se abordará en la cita del 24 y 25 de junio en La Haya
La cumbre de la OTAN, que se celebrará los días 24 y 25 de junio en La Haya (Países Bajos), se presenta como una cita ... decisiva para la seguridad de Occidente en un panorama internacional marcado por la amenaza de Rusia y la guerra abierta entre Israel e Irán. El secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, envió el miércoles una carta a los líderes de los 32 socios de la organización militar en la que defiende la necesidad de aumentar el gasto nacional en defensa hasta el 5% del Producto Interior Bruto (PIB) de cada país, una iniciativa que apoya abiertamente el presidente estadounidense, Donald Trump.
España, que se encuentra a la cola en inversión, ya ha respondido y ha sido contundente, negándose a ampliar el gasto militar. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, considera que «no sería razonable» que España llegue a esa cifra en un espacio de tiempo tan corto como el planteado, de aquí a 2032, y que incluso sería «contraproducente» e incompatible con el mantenimiento del Estado de bienestar. Para España, supondría aumentar el gasto en defensa en 80.000 millones de euros anuales. Y este nivel de inversión, asegura Sánchez, resulta «incompatible con nuestro Estado de bienestar y nuestra visión del mundo», ya que sería «imposible» alcanzar esta crifra «si no es al precio de aumentar los impuestos a las clases medias, recortar servicios públicos y beneficios sociales a nuestros ciudadanos y retroceder en nuestro compromiso con la transición verde y la cooperación internacional al desarrollo».
En su carta, el presidente del Gobierno asegura que España «continuará cumpliendo con su deber para contribuir a la arquitectura de seguridad europea», pero que el país «no se puede comprometer a fijar un objetivo específico de gasto en esta cumbre». Sánchez defiende que apremiar a España a acelerar sus compras propias podría aumentar el desafío de la interoperabilidad dentro de la Alianza y pide que, si realmente se quiere aumentar el gasto en defensa, «nuestro objetivo principal debería ser asegurar el crecimiento económico», para lo que es necesario «encontrar el equilibrio» entre impulsar el gasto militar y la competitividad de la economía.
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El presidente del Gobierno concluye su misiva apuntando que «es el derecho legítimo de cada Ejecutivo decidir si está preparado para llevar a cabo esos sacrificios». «Como aliados soberanos, decidimos que no», zanja Sánchez, antes de señalar que «no es nuestra intención limitar las ambiciones de gasto de otros países o obstaculizar la próxima cumbre». Por ello, pide incluir una fórmula «más flexible» que reconozca el camino de cada aliado para lograr los objetivos de capacidades y que «haga opcional el objetivo de gasto».
Presiones de Trump
Varios países, no solo España, se muestran en contra de elevar el gasto en defensa al 5%. Enfrente tienen a Trump, que en la última reunión de la OTAN -julio de 2018- a la que acudió durante su primer mandato en la Casa Blanca amenazó con que EE UU abandonaría la Alianza si los demás socios no incrementaban significativamente su inversión en la materia. Con estos antecedentes, la cita de La Haya promete ser un encuentro de alto voltaje.
El acuerdo debe tomarse por unanimidad y supondría el mayor rearme de la organización militar desde la Guerra Fría. Ya en los últimos meses, la presión de la Casa Blanca y del propio Rutte han llevado a los aliados a impulsar su gasto hasta el mínimo del 2% exigido actualmente por la Alianza. En el caso de España, el Gobierno anunció a finales de abril un aumento de la inversión en defensa valorado en 10.500 millones de euros, lo que permitirá al país cumplir con el objetivo del 2% este mismo año.
La última propuesta del jefe de la OTAN es que los aliados dediquen un 3,5% del PIB a inversión militar directa y otro 1,5% a seguridad y defensa
Pero, según ha advertido Rutte en numerosas ocasiones, la OTAN debe hacer más para poder enfrentarse a la amenaza que supone Moscú, que no parece tener ningún interés en negociar la paz en Ucrania y que podría decidir atacar a otro país en cualquier momento. Y a ello se suma ahora el conflicto entre Israel e Irán con consecuencias imprevisibles. Por ello, el neerlandés ha propuesto a los líderes de los países aliados un modelo que consiste en dedicar un 3,5% del PIB a inversión militar directa y otro 1,5% a seguridad y defensa, una iniciativa que cuenta con el visto bueno de Trump y de la mayoría de países aliados.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ya aseguró el pasado 5 de junio que el deseo de España es alcanzar un acuerdo y que «no va a vetar nada», pero insistió en que la OTAN debe encontrar una fórmula que no establezca una fecha límite para alcanzar un porcentaje específico de inversión en Defensa. Las autoridades españolas abogan por «seguir avanzando» en elevar el gasto militar y aumentar las capacidades. Y esa será la visión que defienda el país en La Haya.
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